domingo, 15 de mayo de 2011

In Treatment (Sesión 7)




Comienzo a contar mi semana, nada interesante salvo el concierto de Lady Gaga… Me gusta la placidez de la evasión, cuando no pienso en las cuestiones importantes, cuando mi situación no está en tela de juicio…

-¿Qué es lo que evades?- Pregunta A, el terapeuta.

- Evado la pregunta que planteamos la sesión anterior: “¿Qué es lo que vas a hacer de tu vida?”-

Tengo muchos argumentos encontrados, mi razonamiento se disocia entre la necesidad de una estructura clara, la cómoda indefinición, la negación absoluta de posibilidades y la evasión. Entonces A propone disociarlos explícitamente haciendo una especie de “juego de las sillas”: En este cojín se encuentra el Francisco Estructural, en este otro se encuentra el Francisco Indefinido, en éste el Francisco Negador y en este último el Francisco Evasivo. La única regla del juego es que no se puede decir el argumento de ninguno de los Franciscos si no se está en su lugar correspondiente y no se puede decir ningún argumento que no piense el Francisco en cuestión.

Comienza a hablar el Francisco Indefinido:

-Me gusta la indefinición porque me permite mantener las opciones abiertas, siento que tomar una determinación por una u otra de las actividades que desarrollo significa limitarme en mis capacidades-

-¿Cómo te sientes?- pregunta A (que se ha agazapado en un rincón de la sala, pues los Franciscos ocupan casi todo el espacio)

- Me siento muy cómodo, esta es una posición en la que no tengo que tomar una decisión, entonces no me preocupa sino el seguir llenándome de posibilidades…-

Entonces toma la palabra el Francisco Estructural:

- Es necesario tomar una determinación sobre qué es lo que hay que hacer, porque las cosas que he hecho hasta ahora no tienen una estructura congruente. Es necesario conseguir un trabajo que me permita crecer paulatinamente, y hacer que las cosas funcionen de manera congruente. Hay que invertir los recursos en una sola actividad pues no es posible hacer todo al mismo tiempo. Adquirir compromiso. Necesito el compromiso pero el Francisco Indefinido no me deja tomar esta desición.-

- ¿Cómo te sientes? – pregunta A.

- Me siento frustrado, desde aquí siento sólo necesidad de comprometerme con algo, pero en tanto necesidad soy algo incompleto e insatisfecho…-

A lo que el Francisco Negador responde:

- Yo veo todos los focos rojos que presentan Francisco Estructural y Francisco Indefinido, porque siento la responsabilidad sobre sus acciones. Yo estoy a cargo de advertirles a ambos cuándo hay que obrar. Soy el que refrena los impulsos del Francisco Indefinido cuando quiere adquirir nuevas habilidades y cuando se plantea retos, y soy quien refrena la necesidad de compromiso que tiene el Francisco Estructural, pues veo que él mismo en su pretendida estructura tiene unos andamios muy endebles, al mismo tiempo creo que la inmadurez del Francisco Indefinido le ha permitido crecer de muchas maneras, así que trato de aconsejarle qué cosas puede o no puede hacer, pero por una parte no se puede hacer todo al mismo tiempo y por la otra no puedo firmar un contrato si no he leído las cláusulas completas y en una decisión vital no es posible acceder a dichas cláusulas…

- ¿Cómo te sientes? Pregunta nuevamente A.

- Esta no es la posición más cómoda, pero es la que más me gusta porque es la que me brinda mayor control sobre los Franciscos Estructural e Indefinido. Desde aquí cargo con mayor responsabilidad, porque mi trabajo es poner de acuerdo a todos.

Finalmente toma la palabra el Francisco Evasivo:

- Yo no quiero tener problemas con nadie, por eso los ignoro. Mi mayor arma es la inactividad. Me gusta que el Francisco Negador refrene todos los impulsos que tienen los demás Franciscos, en cierta forma somos aliados para que la situación no se mueva ni para atrás ni para adelante. Yo me la paso muy bien. No hago mucho… veo películas, leo libros, veo televisión, soy capaz de envolverme en cualquier fantasía que se me presente. Finalmente espero que llegue un Deus Ex Machina a salvarnos a todos…-

- ¿Cómo te sientes? – Pregunta A.

- Me siento muy bien. Esta sí es la posición más cómoda de todas…-

Entonces los Franciscos ahí reunidos comenzaron a discutir mientras A preguntaba algunos detalles que quería saber de alguno de los Franciscos. Y en determinado punto habló el Francisco Indefinido:

- Yo soy quien tiene el impulso por aprender cosas, por dedicarme a hacer todo, por llenarme de actividades temporales y no comprometerme a largo plazo, aunque muchas veces soy refrenado en estos impulsos-

- ¿Cómo te sientes de que Francisco Negador y Francisco Evasivo sean aliados para que tú te detengas? - Pregunta A inquisitivamente.

- Pues me enoja –

- Me lo dices y no te creo – Replica A.

- Es que yo no sé qué hacer. La cuestión es que Negador, Evasivo y Estructural son como mis papás, como Pepe Grillo. Yo soy Pinocho, tengo una necesidad grande de hacer muchas cosas y confío en lo que ellos me dicen. Me puedo enojar porque no me dan un dulce antes de cenar, pero son cosas que puedo aceptar…-

En ese momento ya estábamos fuera del tiempo de la sesión… Entonces decidimos parar allí el ejercicio. En ese momento no sentí si salí más confundido o más claro del consultorio, me daban vuelta en la cabeza todos los Franciscos. Durante mi camino hacia el metro tuve una revelación: Pinocho no es un niño, es un proyecto de niño, por eso es que no puede ser reprimido y está dispuesto a hacer lo que sea para poder conseguir ese objetivo. Aunque el ser niño no sea un proyecto medianamente deseable, siendo criaturas irracionales y dependientes. Me pareció un poco falsa la situación en que terminó la sesión, porque sentí que A deseaba que Francisco Indefinido reclamara emocionalmente a todos los Franciscos la represión que sufría, pero ese no es el problema de Francisco Indefinido. Su problema consiste en que está dispuesto a hacer lo que sea y que todo le viene bien. Entonces le mandé un mensaje de texto a A: “Pinocho no es siquiera un niño de verdad”.

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