-- Asumamos que existen ciertas cosas (emociones y sentimientos) que evito.-- Fueron mis primeras palabras después de la última sesión donde A me explicó el funcionamiento de su método. Creo que el saber cómo es que pretende proceder me da mayor seguridad y confianza. Es como cuando un alcohólico decide entrar al programa de Alcohólicos Anónimos, sabe que existe un sistema de 12 pasos que debe cumplir, aunque no esté de acuerdo o no crea poder con todos los bemoles, sabe cuáles son los pasos a seguir y al asumir que va a entrar a ese sistema, a qué cosas se tendrá que enfrentar con mayor disposición y seguridad.
--Ahora bien, el evitar ciertas emociones y sentimientos no significa que estén reprimidos o en una parte inconsciente que no me permite externalizarlos, de hecho creo que soy bastante consciente de ellos, la cuestión es que no me permito expresarlos ni sé de qué manera darles un buen encausamiento. Incluso con mis amigos más cercanos, amigas, en este caso P y S, hay ciertas cosas que no puedo mostrar y no lo hago por una cuestión de respeto. Creo que mi relación con P y S está basada fundamentalmente en el respeto que sentimos recíprocamente. En las relaciones de amistad debe existir ese principio básico en el que ambas partes tienen acuerdos tácitos o explícitos. Cuando hablo con ellas tenemos entendido de que vamos a analizar racionalmente cuál es la situación. El objetivo de esto es explicarla para entenderla, su salida no es precisamente el arranque emocional.-- Continué.--
--¿Crees que el respeto se vería mermado si expresas esos sentimientos y emociones con verdaderos arranques emocionales?-- Preguntó A.
-- Pues no es que queden las cosas queden precisamente inexpresadas, más bien les encontramos otro tipo de curso a estas cosas para que fluyan de alguna manera. Es decir, a mí me es mucho más sencillo ironizar sobre mi situación, y ser cruel con la situación de ellas de manera irónica, porque es una manera de confrontar la situación, que, aunque no sepa qué hacer con eso exactamente, se le está enfrentando. Es como decir: sí, esto sucede, lo asumo, me burlo o me río a falta de una mejor salida. Pero no es que las cosas quedan inexpresadas, de hecho quedan expuestas, tal como lo hago aquí contigo.--
--Eso quiere decir que también aquí evitas expresar ciertos sentimientos y emociones?-- Dice A.
-- No, aquí es un poco diferente, porque es como ir al doctor, puede que haya situaciones incómodas en las que haya "partes" que se tienen que mostrar para que el especialista observe exactamente cuál es el problema. En ese sentido aquí yo te muestro mis partes para que tú las revises y me diagnostiques y me des una opinión profesional. Es una situación incómoda, pero finalmente es necesaria y por eso es que vengo, pero también evito los arranques emocionales.--
-- ¿Y no crees que si tú te expresas o te dejas llevar por esos arranques, tus amigos no te perderán el respeto sino que reforzarías el vínculo que hay entre ustedes?--
-- Eso lo sé, me queda clarísimo, lo sé. Pero no evito arranques emocionales porque yo sienta que les falto el respeto a ellos, sino porque al hacerlo siento que me falto el respeto a mí mismo. --
-- ¿Y por qué relacionas la falta de respeto con los arranques emocionales?--
-- Porque yo no respeto a quienes se compadecen todo el tiempo, a quienes te muestran siempre su parte débil y melodramática. Siento un desprecio absoluto por la autocompasión. No me gusta jugar el papel de la víctima, siento que soy libre de sentir lo que quiera sentir, pero no me gusta ponerme a lloriquear o a compadecerme de mi situación todo el tiempo. Y eso es algo que creo que mis amigos entienden y respetan. Es decir, yo no respeto ese tipo de arranques, porque me parecen demasiado autocomplacientes, egoistas y que le faltan el respeto a la persona que se tiene enfrente y a sí misma.--
--¿Puedes darme un ejemplo de alguna situación concreta?--
-- Mi madre--
-- ¿Qué hay con ella?--
Entonces comencé a contarle la historia terrible de mi madre y las formas en que ella me contaba una y otra vez su historia, cómo es que lloraba con la más mínima provocación y tenía esta capacidad de convertir todo en un gran drama durante mi infancia. Le expliqué que ella padecía de alcoholismo, y que en aquellos años yo le perdí completamente el respeto. Pero que lo había recuperado desde que se rehabilitó y cambió totalmente la percepción que yo tenía sobre ella, ganó nuevamente mi respeto. Aunque siempre respeté la gran capacidad y la fuerza que tenía para estar siempre al pendiente de todo, cumplir con su trabajo para que no nos faltara nada.
La cuestión es que para mí las explosiones emocionales siempre han sido una suerte de debilidad de carácter que estropean todos los otros aspectos de la vida porque también debilitan y hacen que las personas no tomen las decisiones adecuadas. Hace a las personas débiles.
Le conté muchos detalles sobre cómo era mi relación con mi madre y la situación que ella vivía en esos momentos, y muchas de ellas no podía yo sino verlas con desprecio y coraje, porque la consideraba un ser demasiado frágil y confundido.
-- Parece que estas cosas te enojan.--
--Pues sí, es por eso que me parece que yo no me permito hacer lo mismo, porque siento que me falto al respeto de muchas maneras, yo no puedo sentir respeto por las personas débiles. Y veo el cambio muy claramente con mi madre, ahora que ella ha tomado las riendas de su vida me parece una persona sumamente respetable.--
-- ¿Estas cosas se las has dicho a ella?--
-- Sí, como parte de su programa de rehabilitación ella tenía que confrontar a todo el mundo, pedir disculpas y perdonarse a sí misma. Y cuando ella me preguntó si yo le tenía algún rencor le dije que no, que yo sabía que ella no estaba bien entonces y que no tenía resentimientos por esa estapa.--
Mi terapeuta cree que tengo algunos asuntos todavía que finiquitar con mi madre, yo creo que ella ya ha pasado por suficientes cosas y que ahora sería muy inútil confrontarla con cosas que ella se ha esforzado mucho por superar, no creo que sea necesario...
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