viernes, 1 de abril de 2011
Psicoterapeuta Vs Psíquico
Dado que mis consultas con el terapeuta (o terapista, o psicoterapeuta, o psicólogo, o cómo se le dice??) son sólo los lunes decidí ir a consulta con un amigo psíquico.
Comenzaré contando el antecedente. Esta es la segunda consulta que le hago en la vida... bueno, la primera él me la ofreció, entonces no fue consulta fue un regalo, y literalmente esta es la primera vez que acudo a él a consultarlo.
Las circunstancias en que conocí a mi Psíquico son bastante extrañas. Fue uno de tantos contactos que uno agrega en el msn con la finalidad de "ligar" aunque no pasa de chatear un par de días para que después se convierta en un nombre más en tus contactos conectados... Un día en que yo estaba realmente en crisis (económica, anímica y emocional) Entonces recibo un casual "Hola" De ahí comenzamos a platicar. Le conté que estaba tirado en mi casa con ganas de ver Bob Esponja toda la tarde, así que me invitó a tomar un café, yo le dije que no me interesaba tener sexo esa tarde, y él me dijo que sólo me estaba invitando un café. A mí no me daban muchas ganas de salir de la casa, pero decidí ir. Mientras caminaba hacia su casa iba pensando que me daba una pereza terrible el tener que contar nuevamente mi historia, decirle a alguien mi currículum, todo lo que he hecho, con quién he trabajado, que estoy en mi crisis de los 30's, que no sé qué rumbo tiene mi vida en este momento, que estoy cansado de buscar pareja. Para que todo terminara nuevamente en un anónimo acostón que jamás se repetiría...
Llegué a su departamento que este sí parecía una tienda de artículos esotéricos, eso mezclado con la casa de una tía-abuela: todo lleno de adornitos pequeños por todas partes. Llegué me ofreció un café y me invitó a pasar a su estudio. No platicamos mucho, de hecho, no habíamos platicado casi nada, ni por MSN... De pronto sacó un mazo de tarot y me dijo: --Esta te la voy a regalar, sólo porque te animaste a venir--
Inmediatamente comenzó a contarme mi historia, casi paso a paso. Me dijo cosas sobre mi infancia, cosas que nadie podía haber sabido jamás (como el hecho de que mi madre tuvo un aborto entre mi hermano mayor y yo... es decir, ese tipo de cosas no son como de cualquier charla de café...). En realidad me sorprendió, porque él me dijo todas esas cosas que yo no le quería contar en mi camino hacia su departamento. Me las dijo corregidas y aumentadas, me habló sobre las razones de mis dudas. Y me dijo que las penurias continuarían por un tiempo, pero que finalmente saldría adelante.
A mí me parecía una situación tan mágica y extraña que no sentía que fuera real, no me espanté, ni me maravillé en ese instante, todo era tan irreal...
Finalmente me pidió que partiera el mazo en 7 grupos de 11 cartas, y que realizara una pregunta con cada pequeño paquete... así lo hice y me contestó muchas cosas muy impresionantes. Todas ellas esperanzadoras, pero la más desconcertante fue la última. Yo pregunté para mis adentros (pues algunas preguntas las exterioricé y otras las dije sólo para mí: "¿Hay alguna razón por la que esta lectura tuviera que ocurrir además de decirme todas estas cosas que yo ya sabía?"
Entonces él, sin haber escuchado la pregunta toma el paquetito de 11 cartas, saca la primera y dice:
-- Sí... Hay una razón, y es que tú siempre te has mantenido en situaciones extremas, porque crees que de alguna manera las cosas se solucionan al final del camino y de manera casi milagrosa. Esa es la única relación que tú sientes tener con lo divino, por eso es que sigues poniéndote a tí mismo en tales circunstancias. Pero a veces Dios tiene que intervenir directamente. Es como cuando mandas cartas y mails y más cartas y mails a una empresa y finalmente te responden.--
Yo me quedé petrificado. Mientras él seguiá diciéndome que esta lectura había ocurrido porque Dios había tenido que intervenir directamente en ese momento de crisis. Seguí escuchando sus consejos, me aconsejó reorganizar la disposición de mis muebles en una especie de Feng-Shui Cristiano, me dió un té de yerbas para que limpiara mi casa, y me dijo que me deshiciera de las cosas que ya no usaba.
Seguimos platicando por un rato hasta que me saturé y le dije que sentía que era el momento de terminar la plática, porque yo tenía muchas cosas que hacer.
Entonces llegué a mi casa, y comencé a seguir sus consejos al pie de la letra. Finalmente no tenía nada que perder. Y sí, las cosas mejoraron por algún tiempo.
Fue una expetiencia realmente mística y extraña.
Pensé muchas veces sobre ese extraño encuentro con el Psíquico, hasta que llegué a la conclusión de que si bien no tienen un poder mágico como tal, lo que sí poseen es una gran capacidad de empatizar contigo. Son capaces de identificar qué es lo que te aflije, las cartas sólo refuerzan las teorías que ellos lanzan sobre tí, sólo con verte y sentirte, como se dice "te vibran" pero de una manera tal que pueden llegar a aventurar cosas tan precisas que resulta espeluznante, todo ello es obra de la empatía, cosa que muchas veces es difícil de encontrar con un fío terapeuta, que sólo te escucha y te escucha sin decir nada... El Psíquico dice las cosas por ti. En Terapia tú eres quien estructura el discurso y guiado por el terapeuta le das uno u otro sentido a tu historia, en el caso del Psíquico, él te cuenta la historia, tú asientes o niegas para indicarle por dónde puede o no puede ir. Pero ambas son formas de confrontación, que es lo que se busca cuando se busca lo uno o lo otro...
Ahora, después de mi primera sesión con el nuevo terapeuta, llego con el Psíquico, a pedirle una consulta. Esta consulta fue mucho menos mágica, en el sentido de que ya no me asombraba porque sabía de lo que era capaz de hacer. Identificó cuáles eran mis problemas principales. Mis conflictos vocacionales, me dijo que todo iba a salir bien, que mis proyectos van a fructificar muy pronto. Después de describir mi sintomatología: dolor de espalda, estómago inflamado, dificultad para dormir, me dio unos cuantos consejos respecto a mi alimentación.
Me dijo que yo lanzaba juicios muy severos contra mi mismo... que debo de cuidarme de eso, y que un hombre blanco o rubio me ofrecerá una oportunidad de trabajo muy importante fuera de la ciudad.
Describió exactamente cómo me siento respecto a JR, y me dijo que efectivamente, esto lo afectaba más a él que a mí, que yo soy adaptable y que él es una persona difícil de soportar... (OMG... so true)...
Creo que el nivel de empatía del que es capaz el Psíquico es a tal grado elevada que si bien comienza siempre con las dificultades, con la descripción detallada de tus problemas reales, esto resulta muy sorprendente... pero tal vez las cosas cambian un poco cuando esa empatía llega al punto en que comienza a decirte exactamente lo que quieres escuchar...
No sé cómo funcione o si funcione así... Lo cierto es que es muy reconfortante...
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