Ya sé que es un cliché el hecho de decir que nos disociamos en varias personalidades de acuerdo con las actividades sociales y/o personales que tengamos. Cuando era adolescente tuve una etapa en la que desarrollé una teoría sobre las máscaras. En ese entonces pensaba que las personas teníamos una máscara que nos funcionaba para convivir en sociedad, que sólo en la intimidad nos mostrábamos como éramos realmente. Luego pensé que el hecho de plantearlo como una máscara da la idea de que es algo falso, que el Yo social, es decir, la máscara es algo que "no se es", si bien esto opera así en muchas personas que ocultan terribles secretos (reales o imaginarios), no es una manera adecuada de plantearlo para alguien que pretende no ocultar nada y ser auténtico. Más tarde pensé que en realidad las personas somos como cebollas, conoces la capa superior y poco a poco, con el trato y la confianza las otras capas se van develando hasta llegar al interior. Esta idea me satisfizo durante mucho tiempo, porque se basa en la fe de que detrás de toda persona que se conoce superficialmente existe la posibilidad de llegar al corazón. Ahora dudo de esta teoría vegetal. Porque aunque ciertamente nos develamos poco a poco, el paso de una capa a otra parece, al pronto un proceso muy simple y natural, y en mí no ha operado así. Es más bien como si fuera una especie de televisión (con señal abierta) que muestra sólo unos 3 o 4 canales, que no son graduales en absoluto, sencillamente captan y transmiten distintas señales. Incluso en cada canal tienes nombres diferentes:
En el canal 2 se transmite la telenovela de Francisco Iván, una triste historia de un chico solitario que no puede encontrar el amor y al que le pasan mil y una calamidades, es moralmente bueno, pero el mundo lo agrede y llora y llora en espera de una salvación milagrosa; en el 5 se transmite la serie de Fran, que hasta el momento parece una historia inspirada en The Devil Wears Prada, Fran es una especie de Miranda Prestley tercermundista antes de trabajar en la revista más importante del mundo, a Fran no le importan las personas, su objetivo fundamental es ser existoso en su trabajo, es un controlador compulsivo, sarcástico e intolerante que siempre consigue lo que se propone, aunque sea en detrimento de su casi inexistente vida personal, nunca queda claro si es un villano o simplemente un humano complejo e inexcrutable. En el canal 9 se transmite frecuentemente la película de Chisco, un maestro de español, intelectual, preocupado por sus alumnos, tolerante, generoso y muy estimado, cuya meta es sacar adelante a sus alumnos mediante la paciencia y mostrando lo mejor de sí... Es como la típica película donde los alumnos son un puñado de nerds o de rebeldes que no sirven para nada y no tienen confianza en sí mismos hasta que llega el maestro maravilla y les cambia la mentalidad hasta que ganan el concurso (sea de lo que sea el concurso), y tiene un final feliz y bastante emotivo. En el canal 12 (que sólo se transmite en Durango) se repite una y otra vez la miniserie de Paco que parece una mezcla entre "Lo que Callamos las Mujeres" y La montaña Mágica de Thomas Mann (dirigida por Lars Von Trier en su etapa pobera). Ya rara vez se sintoniza el 22, donde aparecen las reseñas y reflexiones de los clásicos y las altas referencias literarias en un programa de crítica y opinión sobre arte y cultura conducido por Francisco Solís...
Esa es la programación no es que ninguno de los canales sean falsos, todos son verdaderos, sencillamente el aparato (o la televisora), es decir el Yo, sintoniza el canal o pone la programación que le parece conveniente de acuerdo con la audiencia. Evidentemente la Televisora le dará preponderancia a los contenidos que cree que le funcionan mejor. Pero cuando el Yo es la televisora, muchas veces se equivoca, eso es cierto, pues no cuenta con los instrumentos necesarios para definir a su audiencia ni formas claras de medir el rating. Por ejemplo, a mí me parece mucho más interesante hablar de la serie del 5 que sobre la novela del 2 o la película del 9, aunque mi audiencia muchas veces se aburre de esa serie y preferiría ver la novela o la miniserie...
Esta me parece una metáfora más justa que la que hicimos en esta sesión de terapia, en la que se plantearon 3 Franciscos: 1) el Social, fuerte, determinado e invulnerable, 2) el frágil, delicado, inseguro y vulnerable, 3) un estado intermedio en el que Francisco 1 deja ver a Francisco 2...
Si bien Francisco 1 puede parecer una coraza que oculta al pobre y delicado Francisco 2 que tiene ganas de salir, de ser así, estaría regresando a aquella adolescente teroría de las máscaras. Lo cierto es que Francisco 1 posee una estructura y un manual que le permite funcionar socialmente de manera muy exitosa, y todos sus esfuerzos son en pos de todos los Franciscos involucrados. No es que Francisco 2 tenga que hacerle agujeros a Francisco 1 para poder asomarse de vez en cuando, el asunto con Francisco 1 es que no posee unas reglas precisas para poder obrar en relación con los demás; por lo tanto la cuestión está en las transisiones entre un Francisco y otro, y, regresando a la metáfora anterior: el cambio de un canal a otro.
El problema que aparece de inmediato es que, al parecer, tanto un develamiento de un Francisco a otro, como el cambio de canal no implican una transición gradual. Son cambios abruptos, tan abruptos que en el cambio el Francisco que está debajo, o el canal siguiente no está preparado para reaccionar, entonces se paraliza, hay un loop. Una vez iniciado el sistema en el modus Francisco 1 (o Canal 5), (Las metáforas con números y las frases parentéticas no hacen más sencillo este texto) es muy complicado realizar un cambio, pues el sistema ya está iniciado. Habría que reiniciar el sistema para poder hacer funcionar algún otro de sus sistemas operativos de manera correcta. ¿Qué se necesita para poder hacer estas transiciones de manera gradual? ¿Cómo hacer que el Francisco sistemático de pronto pueda brincar hacia un Francisco emocionalmente reactivo?
A mi terapeuta le parece que hay que sacar más al Francisco 2, presentarlo en sociedad o algo así... no me parece la mejor idea. Mientras el Francisco 1) posee una gramática muy extensa y complicada que le permite operar en el texto Francisco, aunque no lo comprenda del todo ni abarque sus sentidos en su totalidad. El real problema de Francisco 2 es que no posee un sistema ordenado de relglas, ni una gramática, ni un modus operandi. Entonces A, mi terapeuta, le parece apropiado comenzar a generar esa gramática con algunos de los elementos mencionados durante la sesión:
Condiciones Necesarias para que Francisco 2 opere: 1) Seguridad, 2) Intimidad, 3) Afecto, 4) control (o sentimiento de control)... Ok. No es la primer página de la gramática, son sólo las primeras líneas...
Ciertamente si Francisco 2 tuviera las reglas para echar a andar su sistema operativo, sería un paso, no se sabe aún si es un paso hacia adelante, o hacia la funcionalidad social, o hacia el establecimiento de relaciones afectivas profundas... No se sabe. Veremos a dónde conduce eso.
Siendo tan pretendidamente sistemático este texto me parecería inocuo el contar las anécdotas que nos llevaron a tales reflexiones, así que sencillamente las ennumeraré: 1) La enfermedad y muerte del padre de mi amiga K, 2) La junta de actores para explicar la salida del actor que despedí, 3) una cita para conocer a un prospecto que se convirtió en un infomercial de unas pastillas milagrosas que curan todo y evitan el envejecimiento, 4) La planeación de una expo de fotografía en Guadalajara (de ello hablaré después).
PD. ¿QUé es lo que hacer realmente la cabeza de una televisora?