La sesión de esta semana estuvo marcada por la llegada de B a mi vida, así que le dije a A que no había tenido mucha oportunidad de pensar en lo que habíamos tratado en las sesiones anteriores aunque de alguna manera se relacionan las cosas. Me limité a decirle al respecto que creía que la idea de "el niño interior" me parecía un poco clichada, pero que estaba dispuesto a trabajarlo y en realidad traté de llegar a ello en esta sesión, pero la conversación se centró en B.
Conocí a B por internet hace algún tiempo, para el momento de conocernos en persona ya habíamos hablado bastante y habíamos establecido ciertas reglas. De alguna manera ambos habíamos expresado ya la necesidad de establecer una relación y pensar un poco más las cosas.
Finalmente nos conocimos, y platicamos. Como ocurre en este tipo de situaciones, la plática giró en torno a lo que hacíamos de nuestras vidas. Aunque ya habíamos hablado en línea sobre esos asuntos. Luego llegamos al tema de las relaciones. Entonces hablamos de nuestras necesidades.
Él aseguraba que las relaciones heterosexuales eran mucho más sencillas pues estaban fundadas en el fin biológico, y que las relaciones homosexuales resultaban, en cierto sentido, antinaturales, por ello es que era tan complicado establecer relaciones a largo plazo.
Entonces de alguna manera tuve una iluminación: Si las relaciones homosexuales no están basadas en un fin biológico, deben estar fundadas entonces en un fin ulterior. Es decir, aunque, como todas las relaciones, estén basadas en una serie de coincidencias, tiene que tener un fundamento racional y no biológico. Entonces si en los sitios de ligue de Internet la gente sólo pone listas de cosas que quiere y cosas que no quiere esperando que llegue la persona correcta y que las cosas sucedan mágicamente, que las cosas "se den". Y, aunque parece que las cosas suceden así, en realidad no pasa. Lo que se establece cuando las cosas "se dan" es que existe una disposición de ambas partes por establecer un vínculo.
Al plantearle esta teoría a B, él estaba completamente entusiasmado. Le dije que para que esto funcionara primero tenía que establecerse un vínculo y un compromiso antes de descartar a la persona y tratar por un tiempo antes de saltar al siguiente catre, y como todo compromiso se tenían que establecer reglas. Después discutimos los riesgos de que la relación terminara como una sencilla amistad si las cosas no funcionaban sexualmente, pues a final de cuentas la sexualidad es lo que implicaría la denominación de "pareja" al vínculo.
Ambos estábamos muy entusiasmados. Me temo que el entusiasmo se debía mucho más al hecho de plantear una relación en estos términos que por entablar una relación el uno con el otro, pero aún así, nos dejamos llevar por esa idea. Y establecimos un compromiso, verbal en un principio y sexual un poco después.
En realidad lo que a mí me parecía más excitante de todo el asunto era el hecho de establecer un compromiso, es algo a lo que le he huido durante mucho tiempo, después de haber vivido ya casi 2 años en el mismo lugar y haber desempacado mis cosas hace apenas un par de meses es muestra de ello. Siempre me ha gustado la sensación de que puedo irme en cualquier momento.
Al terminar de hacer la prueba le dije a B que tenía dos sensaciones encontradas, una que me invitaba a salir corriendo en ese momento y un gran deseo de quedarme para ver qué sucedía. Me dijo que sentía exactamente lo mismo. Y nos quedamos.
Gran parte de lo que me gusta de estar con él es que comparte mis miedos sobre el compromiso y nos estamos aventurando juntos a asumir uno. Es extraño, cómo es que algo que se supone que debería ser tan deseable nos resulta tan extravagante y osado. Es decir, no había asumido un compromiso de esa manera.
-- ¿Cómo habían sido tus relaciones anteriores?--
-- Bueno, si recuerdas, mi principal reclamo contra JR era el no haber establecido un compromiso conmigo. Y bueno, esa historia ya te la sabes...--
Entonces comencé a contarle sobre otras dos relaciones disfuncionales que tuve, una con U y otra con SH. Ambas tienen en común que fue muy difícil comenzarlas, porque había muchas reticencias por parte de ambos, los dos habían tenido muy poca o nula experiencia relacionándose con personas de su mismo sexo. Tuve que lidiar con muchos miedos e inseguridades. La primera fue durante la universidad, él era un chico retraído con quien desarrollé una relación muy destructiva. Él tenía mucho conflicto con el rol social que implicaba el tener un amante varón. Pero yo le decía que no tenía que asumir ningún rol social, sólo tenía que quererme a mí. Entonces eso se convirtió en una cosa enfermiza, con celos y control por ambas partes, incluso yo bromeaba enumerándole los síntomas que teníamos de ser una pareja destructiva. Yo insistía en que era un juego, porque en realidad yo disfrutaba bastante el hacerlo enojar, enojarme e incluso llegar a los golpes, me resultaba sumamente excitante la violencia y el drama que yo tejía a mi alrededor. Yo era muy morboso con ello. Hasta que me di cuenta de que mientras yo disfrutaba eso, a él le hacía mucho daño y decidí terminar la relación. --
--¿Con el otro chico también llegaste a los golpes?--
-- Sí, alguna vez, pero entonces fue cuando aprendí a sublimar ese placer por otros medios, como juegos de sadomasoquismo y el bondage.--
--¿Qué te gusta del Bondage?--
-- Pues que es un juego de control, a mi me gusta más que me amarren que amarrar, pero pues primero tengo que enseñar a amarrar para que me amarren... La cuestión en el bondage es que tienes que confiar en el otro para cederle el control sobre tus movimientos, y el otro toma responsabilidad sobre ti mediante el sometimiento y la violencia moderada. Y todo es un juego controlado y que tiene su lugar y su momento.--
-- Quiero remarcar aquí, que ahí tú asumiste la responsabilidad del placer que te provocaba la violencia y la transformaste en algo creativo como el Bondage. Como un juego entre adultos.--
--Pues sí, así lo hice...--
--¿Qué diferencia sientes entre esta relación nueva y las anteriores?-- Preguntó A
-- Pues esta me inspira mucho más porque está fundamentada en una base racional, y además, en todas estas relaciones, con JR, con U, con SH, al no estar ellos seguros de qué es lo que querían, yo siempre tenía que esforzarme mucho para hacerme suficiente para ellos para que se comprometieran conmigo, ahora no, B me está dando el compromiso gratuitamente. Es decir, eso ya es un paso muy importante. Siento que incluso si las cosas no funcionan entre nosotros ya tengo un nuevo método para entablar una relación, cosa que antes me parecía, al pronto, imposible. Además de que B es mi fantasía paterna completa.-- Contesté (Aquí también hablamos sobre comparaciones sexuales entre los 4, y algunas acotaciones que A me hizo para mi vida sexual con B, que omitiré, no por pudor, sino por continuidad)
--¿Cómo es eso?--
--Pues es un hombre mayor, que admiro, del cual me interesa su aprobación, que me puede poner estrellitas en la frente. De hecho, lo que me preocupa también de trabajar al niño interior es la posibilidad de que finalmente descubra cuál es mi necesidad real y que él ya no sea el mágico satisfactor de mis freudianos complejos eléctricos (de Elecra) de aprobación y autoridad paterna que me satisfaga sexualmente... --
-- De eso no te preocupes, si a ti te gusta él te seguirá gustando, además, ya habíamos dicho que trabajaríamos eso sólo si tú quieres.--
--Pues sí, si quiero.---
--¿Cómo te sientes?--
-- Bien, me siento emocionado.--
-- No te escucho muy convencido.--
-- Lo que pasa es que no me quiero ilusionar mucho, porque en realidad B es, en gran parte, el cumplimiento de todas mis fantasías: es mayor, grande, peludo, culto, educado, políglota, paternal... creo que si las cosas no funcionan me puedo deprimir realmente mucho... --
--Te entiendo--
-- Sí, por lo pronto me emociona muchísimo, aunque no lo exteriorice. Finalmente si temo la desilusión es porque ya estoy ilusionado. Siento como si fuera a hacer un viaje larguísimo y que ya tengo la aprobación del proyecto y las estrellitas en la frente...--