Centramos la sesión nuevamente en JR y la conclusión de la historia de su reencuentro y re-despedida. Vino para el cierre de temporada de la obra de teatro. Y tuvimos un encuentro bastante peculiar.
Yo estaba a la expectativa de poder decirle muchas cosas que quería, en el plano personal, pero en realidad, como siempre nos reunimos bajo el pretexto de tratar primero lo laboral, y aunque yo había planeado ser bastante correcto con él, no pude. Tenía mi espada desenvainada desde que lo vi. Lo vi unas horas antes de la función de teatro y después de las cordialidades sociales la plática se centró en la obra y lo que se venía.
En cuanto lo vi, el miedo que tenía de ceder a los impulsos sexuales con él se fue por la borda, no sentí la más mínima atracción sexual y no lo sentí como un riesgo, lo vi y no pasó nada. Estuve muy agresivo con él, le dije que su trabajo no había funcionado, que todos estábamos insatisfechos con el resultado, que lo mejor de la temporada en el teatro era que se había terminado. Me preguntó que por qué no le mandaba información para vender funciones de la obra en su ciudad, a lo que le contesté que no sabía qué era lo que estaríamos vendiendo, porque si se continuaba con la misma propuesta de montaje yo no estaba dispuesto a continuar. Finalmente lo orillé a un acuerdo en el que él quedaba fuera de todas las cuestiones creativas conservando un crédito honorario dentro de la producción.
Después de haber sido bastante cruel con él, no encontré la razón para entrar en el plano personal, finalmente lo había herido tanto que estaba completamente destruido. Y me siento culpable por ello.
--¿Qué es lo que te culpabiliza?—Pregunta A
--El hecho de que yo tenía ya la intención de decirle muchas cosas en el plano personal y que no lo hice, que ya estaba consciente de que lo había herido antes de la misma manera y que lo volví a hacer como una especie de defensa extraña—
Quería A que me centrara en la culpa y comenzó a hacerme varias preguntas y terminé contándole la misma historia desde una nueva perspectiva.
Cuando JR me dijo que había decidido irse de la ciudad, él se convirtió para mí en el “Espíritu de las Navidades Futuras”, que yo veía como una gran amenaza, no podía dejar que me sucediera lo que le estaba sucediendo a él, porque es la peor situación que me puedo imaginar, que no le puedo desear ni a mi peor enemigo. El llegar a los cuarenta y tantos y no tener otra opción en la vida más que regresar nuevamente a mi ciudad natal con las manos vacías. Es por ello que yo fui una piedra todo el tiempo, nunca reaccioné, sino para lastimarlo. Todo el tiempo estuve agrediéndolo y haciéndole ver que no había dejado ninguna huella en nadie, que no había valido la pena su carrera en esta ciudad y que todos estaríamos mejor sin él. De una manera retorcida yo pensaba que al agredirlo alejaba esa situación de mi vida, todas las estocadas que le di estaban dirigidas a su situación, a ese maldito Espíritu de las Navidades Futuras, no para JR.
Eso es lo que me culpabiliza, el hecho de que al centrarme en mi preocupación por no caer en su situación, no le hice el trago menos amargo, muy al contrario, lo hice todo lo posible porque se sintiera mucho peor, siendo que él sí me apoyó en muchas situaciones en las que yo lo necesité.
--Pero yo creo que es una reacción lógica y hasta fisiológica que tú tuviste, tu cuerpo te impulsaba a rechazarlo, y estabas defendiéndote de esa situación.—
--Sí, pero mi defensa no tiene nada que ver con él, yo no fui cruel con la situación, fui cruel con él, además ya habíamos tratado la diferencia aquí en terapia, yo sabía la diferencia, no estaba obrando inconscientemente como la primera vez, esta vez actué con premeditación, alevosía y ventaja—
Durante algunos minutos estuvimos hablando sobre esa culpa y dándole vueltas. Como es usual en él, A, traba de no juzgarme y de decirme que yo me estaba juzgando bajo parámetros demasiado estrictos. Me dijo que no era que yo no demostrara mis sentimientos, era sólo que estaba demostrándolos de una manera inapropiada y defensiva.
Le dije que sí, puedo ver las razones que justifican el hecho de que yo haya actuado como actué, de una manera completamente agresiva, pero el hecho de tener una justificación no significa que haya actuado justamente.
Es como cuando hay un homicidio, el hecho de que metan al culpable a la cárcel no hace que el muerto reviva, así como tampoco, si una vez conocidas las causas del homicidio resulta que es un acto justificado, no significa que sea un acto justo. Entonces yo me pregunto: ¿qué es lo que debe pesar más? ¿Cuál es el parámetro desde el que estamos midiendo? ¿Crimen y castigo? ¿Debe pesar más mi justificación o el hecho de que he cometido una injusticia contra JR?
Es una cuestión de Justicia. Cuando se comete una injusticia en mi contra yo sufro mucho, aunque la persona que la cometa tenga su justificación, eso no me quita el sufrimiento. Sigue siendo una injusticia.
Continué contándole la historia que, como era de esperarse, no terminó de la mejor manera. Después de nuestra conversación él quedó completamente destruido, aunque trató de no aparentarlo, luego fuimos al teatro donde nos vimos muy poco y yo reiteré lo dicho en esa conversación casi con cada persona que me encontraba, decirle que no me gustó el trabajo, que todos estábamos insatisfechos y que él quedaba totalmente fuera del proyecto. En alguna de las ocasiones estoy casi seguro de JR escuchó cuando yo narraba nuevamente la conversación. Ese día nos despedimos y quedamos de hablar al día siguiente, no lo hicimos, y al día siguiente tampoco lo hicimos y él se fue sin despedirse.
--¿Por qué me cuentas esto?— Pregunta A.
--Porque quiero llegar al final de la historia, quiero convencerme de que esta historia ya terminó, pero sigo sintiendo culpa, no sé lidiar con la culpa, me gusta mucho más ser cínico, pero no puedo en este caso.—
Entonces A me hizo pensar en lo que pasaba por mi cabeza en el momento en el que JR me dijo que se iría.
Entonces recordé que cuando JR decidió irse, yo sentí que se había roto una expectativa que yo tenía. Pensaba que, dadas las circunstancias que vivimos en la última temporada que estuvimos juntos, era un destino ineludible el hecho de que termináramos juntos. Se rompió esa expectativa y eso me decepcionó terriblemente. Aunque yo lo sentía como un destino fatal que yo no quería para mí mismo, pero era el destino que yo ya había asumido.
Entonces lo odié terriblemente, odié el hecho de que no quisiera comprometerse conmigo, odié el hecho de que él ya se había comprometido con otras personas antes que yo. Odié que hubiera tenido una pareja con el que vivió hasta el día en que murió. Odié el hecho de que yo conociera a uno de sus ex, y odié el hecho de que su ex me cayera tan bien. ¿Cómo es posible que se haya comprometido con él y no conmigo? Si él es moreno y feo y es un actor con una educación muy básica y simpleza de ánimo, mientras que yo soy de la raza correcta, soy inteligente, culto, políglota, tengo una cantidad impresionante de habilidades, soy creativo, hago todo lo que me propongo, entre muchas otras virtudes. Lo que me parte el alma es el hecho de que a pesar de todo eso Yo no haya sido suficiente para que JR se quisiera comprometer conmigo.
También por eso es que lo quería herir.
--¿Entonces crees que te tengas que seguir culpabilizando?—Me pregunta A.
--Si yo tengo ahora un arrebato emocional que me lleva a golpearte—Dije – Mi justificación no te quitará el golpe, pero si te pido disculpas se puede resarcir la relación entre los dos, aunque quede un poco fracturada y el golpe no se te quite. No es que yo quiera arreglar la situación en pos de encontrarme nuevamente con él, pero necesito limpiar mi conciencia, al menos me gustaría que él supiera mi lado de la historia. He pensado en enseñarle el blog. Porque en el blog es posible que yo no muestre la verdad absoluta, pero es el lugar donde soy absolutamente honesto en cuanto a mi retorcida manera de ver el mundo, para que él vea este lado de la moneda, en el blog soy completamente honesto, cosa que con él nunca he sido. Y no es que espere una retroalimentación de su parte, ni que me diga qué piensa, es una cuestión de limpiar mi conciencia. No sé si se sienta mejor al leerlo, tal vez se sienta peor, porque lo menciono frecuentemente y no en los mejores términos. Pero al darle el link del blog ya será cosa suya si él lo quiere leer y para mí es como una manera impersonal de decir: “lo siento”.—
--Entonces dale el link… ¿Cómo te sientes ahora?—
--Siento como si necesitara tu permiso para darle el link del blog a JR.—
--¿Qué es lo que aprendiste de esta relación?—
--Pues en primer lugar que para tener una relación es necesario que se establezca que es una relación. Con JR me sucedió que, como dice el dicho: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”. No había asumido que tenía una relación hasta el día en que se fue. Hay que establecer claramente cuáles son los términos de la relación. En segundo lugar aprendí que se tienen que decir las cosas en el momento, no se puede esperar a que llegue el momento indicado, nunca llega (también me quedaron claras muchas cosas que no quiero). Y en tercer lugar, mi conclusión no me gusta nada, pero al parecer no soy suficiente…--
En ese momento tuve una revelación: JR nunca había sido suficiente para mí, sin embargo yo sí estaba dispuesto a comprometerme con él.
A me hizo caer nuevamente en esa misma reflexión con un ligero retruécano. Entonces llegué a la conclusión de que sigo sin tener un manual para las relaciones, necesito saber cómo funciona, no sé cómo es que se supone que debería ser. Si no es una cuestión ni de sexo ni de suficiencia ¿De qué se trata?
Y henos aquí… nuevamente llegando a mi falta de habilidad para establecer contacto con las personas, y yo, aunque me repita que no es una cuestión de ser o no ser suficiente, sigo sin la plena convicción de ello; y aunque sepa que el método para relacionarse no es el sexo como el fin último que se debe alcanzarse, heme aquí, sin imaginación para inventar otra gama de aproximaciones…